Contextuales
28 de Julio de 2021 | 13:01
Hipotecas

Comprar vivienda sin ahorros ¿Fantasía o realidad?

Por mucho que cierto tipo de prensa manipule las informaciones para hacer creer a la población que las personas que rondan la treintena no tienen interés en comprarse un piso, lo cierto es que sí lo tienen. Claro está, decir la verdad al respecto implica también destapar una realidad incómoda: el sistema económico en el que estamos sumergidos, es decir, el capitalismo tardío y neoliberal que acentúa las jerarquías sociales en función del capital, está obsoleto y ha demostrado ser inútil para que las nuevas generaciones sean capaces de labrarse un futuro en condiciones. Dicho de otro modo, la minoría de jóvenes puede permitirse ahorrar para comprarse un piso.

¿Significa eso que se trata de un objetivo totalmente inalcanzable? Por suerte no, a pesar de que las generaciones de personas de las que hablamos han atravesado dos crisis económicas casi seguidas, siendo la última la que se ha derivado de manera inevitable de la pandemia global del COVID-19. Está claro que las cosas tienen que cambiar, pero, mientras tanto, los jóvenes más vulnerables, aquellos que saltan de trabajo precario en trabajo precario, necesitan saber que sí es posible comprar una vivienda sin ahorros.

¿Cómo? La respuesta a la pregunta no es fácil y sí es muy variada y solo las personas expertas en el tema son capaces de responderla con profesionalidad. Dicho de otro modo, lo que necesitan las personas de treinta años aproximados es contactar con buenos intermediarios hipotecarios. Como su propio nombre indica, estas personas sirven de enlace financiero entre sus clientes y la entidad bancaria que debe concederles el crédito en cuestión, y que no lo harán fácilmente si los o las interesados/as no demuestran solvencia.

No obstante, si algo saben los asesores expertos en hipotecas, es que hay maneras de eludir esa solvencia o utilizar herramientas útiles y equivalentes que les permitirán conseguir sus objetivos, como por ejemplo las hipotecas al 120 por cien, o refinanciaciones que contemplen nuevas condiciones asumibles por las personas necesitadas de adquirir un hogar sin ahorros. El sistema debe remodelarse o ser sustituido por uno más justo pero, mientras, hay soluciones.