Administrador de fincas: por qué debemos contratar uno para nuestra comunidad
La administración y gestión de las comunidades de vecinos ha corrido tradicionalmente a cargo de los mismos propietarios. Bien mediante candidaturas, bien a través de un sorteo, se designa a un presidente y un secretario que tendrán que velar por el buen funcionamiento de la comunidad durante el periodo estipulado en los estatutos, que generalmente suele ser de un año. Sin embargo, el desempeño de estos cargos implica una serie de obligaciones que a veces superan las capacidades de quienes lo ocupan o, lo que es peor, origina conflictos delicados con otros propietarios que con frecuencia desembocan en desagradables confrontaciones personales.
Esta situación ha dado lugar a que muchas comunidades de propietarios en la actualidad aboguen por la presencia de un gestor externo, lo que se conoce como un administrador de fincas. De hecho, su creciente demanda ha impulsado la creación de departamentos especializados en el sector en despachos de abogados, gestorías y otras empresas similares. A decir verdad, contar con la asistencia de un profesional, siempre resulta más garante que la autogestión. Por esta razón, en este artículo hablaremos sobre la figura del administrador de fincas y las ventajas que comporta contratar sus servicios.
¿Quién puede ser el administrador?
La legislación vigente dice que un usuario con conocimientos en la materia y cualificación puede desempeñar este cargo. De hecho, si existe algún propietario de la comunidad que cumpla estos requisitos, puede ser éste la persona designada por la junta de vecinos para el desempeño de todas las funciones aparejadas. Aun así, los profesionales y especialistas del derecho insisten en la importancia de que estos cargos los ocupen usuarios colegiados, como es exigencia para cualquier administrador de fincas en Zaragoza okgestion.es. Cumplir este requisito es fundamental y garantía de servicio.
Los administradores colegiados pueden acceder a todos los servicios anexos al propio colegio, que en muchas ocasiones son fundamentales para solventar complicaciones que puedan surgir en la administración de la finca. Además, las coberturas que el colegio ofrece a sus miembros repercuten directamente sobre las comunidades de vecinos, ya que ponen sus servicios de asistencia a disponibilidad del administrador y éste a su vez de la comunidad. Directa o indirectamente, el beneficio repercute en el cliente, que en este caso son todos los propietarios.
¿Por qué un administrador de fincas?
Algunas comunidades aún se debaten entre si hacerse con los servicios de un profesional de este tipo o, por el contrario, mantener el sistema convencional de gestión comunitaria. Para quienes aún tengan dudas de cuál debe ser la decisión final, los beneficios que explicaremos ahora ayudarán a decantar la balanza.
Tranquilidad
La primera gran ventaja que implica un administrador de fincas es tranquilidad entre los propietarios. En primer lugar, porque nadie que no quiera tendrá que ejercer la presidencia de manera obligatoria. En segundo término, porque todo lo relacionado con los vecinos y la comunidad estará gestionado por un profesional cualificado y acostumbrado a resolver todo tipo de incidencias. Por último, tranquilidad porque el administrador es a la vez mediador en los conflictos que puedan surgir tanto de índole interna como externa, entre vecinos o con otra comunidad. De este modo, ningún propietario tendrá que exponerse personalmente, evitando posibles represalias y sin verse obligado a actuar contra posibles afectos.
Cobertura
Un administrador colegiado tiene herramientas suficientes como para solventar todas aquellas incidencias que aparezcan en una comunidad, pero incluso si se le acabaran los recursos, el colegio de administradores lo asistirá para que la comunidad sea la beneficiada. Los servicios técnicos, jurídicos o arquitectónicos del colegio estarán disponibles para el colegiado y, por tanto, para sus clientes. Por otro lado, si el administrador incurriera en errores que penalizaran de manera negativa a la comunidad, el seguro de responsabilidad civil que incorporan con su condición de colegiados compensará de manera justa los problemas ocasionados por una actuación negligente.
Eficacia
Los administradores no sólo están preparados para gestionar técnicamente la finca y evitar gastos, sino que también se encargan de las mejoras continuas. Su contacto con el sector y la actualización de información en el colegio les da acceso a subvenciones, ayudas, descuentos y otro tipo de gratificaciones de las que las comunidades pueden beneficiarse, pero que quizá un presidente no formado no llegaría a conocer o no sabría tramitar. Licencias, trámites, litigios… todo eso será por cuenta del administrador.
Transparencia e información
Por último, es obligación del administrador de fincas ser totalmente transparente con los vecinos y mantenerlos al día de todos los movimientos, lo que no siempre ocurre cuando no existe este tipo de gestión comunitaria. Además, algunas empresas ofrecen un espacio privado para cada propietario. Un ejemplo, okgestion.es, que ofrece a sus clientes un servicio de consulta 24 horas en el que pueden revisar todos los datos de interés que deseen correspondientes a su comunidad y su vivienda. Todo aquello que repercuta en el bienestar de nuestra comunidad estará a nuestra disposición si contamos con este servicio de administración profesional.