Los problemas económicos de la generación millennial
Se dice que la generación millennial es vaga, perezosa y despreocupada. Normalmente afirman tal cosa las personas que pertenecen a la generación anterior, conocida a nivel global como la de los babyboomers. Esto no es casualidad. Los babyboomers han tenido la relativa suerte de haber nacido en una época de bonanza, en España coincidente con la burbuja inmobiliaria.
Luego, cuando explotara, afectaría sobre todo a las personas nacidas entre mediados de los años ochenta y noventa. Es decir, los millennials. Esto significa que no existe un problema de pereza entre las personas nacidas en esos años, sino de frustración.
Porque la vida se ha vuelto muy cara, el desempleo campa a sus anchas, el auge de la extrema derecha asola el mundo, el planeta se muere y el mero hecho de solicitar préstamos en 10 minutos sin papeles en el acto parece una tarea imposible para muchas personas.
Algunos derechos fundamentales y básicos a los que nuestros padres tenían acceso con bastante más facilidad, ya que también era fácil obtener un trabajo estable, hoy por hoy son lujos al alcance de unos pocos. ¿Quién va a calcular una hipoteca si es posible que al cabo de uno o dos años, o incluso de uno o dos meses, se quede en la calle sin trabajo y puede que ni siquiera con derecho a prestación por desempleo?
Pero además, ni siquiera el alquiler es la solución democrática al alcance de todo el mundo. La especulación es una práctica ilícita e inmoral que campa a sus anchas en este sector, potenciada durante nuestros días por el auge del alquiler vacacional no regulado, que deja a personas y familias enteras en la calle mientras los turistas con dinero ocupan su lugar.
En cuanto a las personas más jóvenes, un primer empleo no les da para emanciparse al completo, y estamos convirtiendo en algo normal algo tan alarmante como el hecho de compartir piso con otras personas no porque se es un estudiante universitario, sino porque el nivel de vida y económico no da para más. La generación millennial, en definitiva, ahora mismo está sufriendo los efectos del capitalismo tardío o decadente.