Casas de lujo y villas de Menorca: sensación de hogar

A veces, lo único que queremos es perdernos y que nadie nos encuentre. Por eso nos vamos de vacaciones siempre que podemos, ya sea en solitario, con nuestra pareja o en familia. También es posible reservar una escapada de fin de semana con nuestros amigos más cercanos en un destino de belleza inigualable, como por ejemplo Menorca. Ya que hablamos de la isla, una de las más preciosas del archipiélago balear gracias a su variopinta naturaleza y a la arquitectura nívea más tradicional de sus pueblos y ciudades, es precisamente aquí donde encontraremos las mejores villas de Menorca, ideales para disfrutar de largos momentos de intimidad con nuestros seres queridos.

Lo que diferencia las villas y las casas de este agradable destino de una habitación de hotel convencional o un apartamento turístico, es sin duda su estilo a un tiempo hogareño y lujoso. El alquiler de casas de lujo en Menorca, dicho de otro modo, está pensado para que cualquier persona sienta que vive en un entorno sofisticado que al mismo tiempo le ofrece una fantástica sensación de hogar.

Esto ocurre porque, por un lado, en muchas villas menorquinas podemos encontrar grandes extensiones de césped y vegetación en torno a la casa, terrazas con muebles estilosos en los que podemos sentarnos para tomar un rato el sol, o enormes piscinas donde todo el mundo, y sobre todo los más pequeños viajamos con niños, pueden disfrutar en remojo todo el día. Por otro lado, la estética de las casas, muchas de ellas de tejados rojos, arcos y cómodos salones y dormitorios en el interior, dan la sensación de que estas villas han sido nuestro hogar toda la vida.

El resultado es un tipo de alojamiento único que le da a Menorca un sello de identidad, y otro de calidad; y es justo ese el motivo principal por el que el alquiler en Menorca siempre va a ser una ventaja muy importante si todavía no sabemos adónde irnos de vacaciones. Por otro lado, en Menorca nos esperan playas, parques naturales, ciudades enormes y monumentos prehistóricos entre otras maravillas. ¿Hay que pensárselo mucho?