Por mucho que nos guste conducir, no en todas las circunstancias deseamos hacerlo. Por ejemplo, tras un largo, tedioso y agotador viaje de negocios, y más aún si aterrizamos en una ciudad desconocida y no tenemos ni idea de qué línea de autobús, metro o tren debemos coger para llegar a tiempo a nuestro destino, [Leer más]
Conducir, como cualquier otra actividad, gusta más o menos en función de si debemos hacerlo por obligación o por placer. Seguramente lo consideremos un gesto mecánico si tenemos que coger el coche todas las mañanas para ir de casa al trabajo y viceversa, o si por algún motivo hemos de ir a recoger a una [Leer más]
Conducir por obligación, tal vez para acudir a diario al trabajo, no es una actividad agradable o no tiene por qué serlo. Sin embargo, hacerlo por placer, con la intención de pasear, contemplar el paisaje en torno a la carretera, para muchas personas es una experiencia divertida y relajante. Si ya de por sí puede [Leer más]