El ciclo contable y sus etapas generales
Una empresa es su cuenta corriente. Parece simple, evidente quizá, pero muchas personas que toman la decisión de avanzar por el camino del emprendimiento lo olvidan con mucha frecuencia. No existe negocio sin fondos económicos, ya se obtengan mediante ahorros, un subvención de cierta cantidad solicitada al estado, o incluso recursos tan modernos y actuales como los minicréditos rápidos de internet. No obstante, cómo se obtengan los fondos financieros no importa, lo que importa es de qué manera se gestionen para sacarles el máximo partido.
Las finanzas en materia empresarial se componen de etapas, y cada una de esas etapas, de manera individual, recibe el nombre de ciclo contable. Estos ciclos se dividen en acciones concretas que deben analizarse y estudiarse, aplicarse y repetirse corrigiendo errores y potenciando aciertos. Naturalmente, son adaptables, ya que no todos los negocios son iguales y cada uno de ellos exige sus propios pasos específicos. Pero, a grandes rasgos, hay aspectos que se repiten, y basándonos en ello podemos establecer un esquema muy básico que cualquier emprendedor o emprendedora debería imprimir y tener a mano como manual casero y estándar de cabecera.
El primer paso es el análisis del panorama o balance de situación. Es decir, en qué estado está la empresa tanto en cuanto a consolidación como en materia de crecimiento, y por supuesto de capital. ¿Hemos empleado un simulador de créditos? ¿Hemos recibido los fondos públicos solicitados? A continuación, abriremos la etapa del registro de operaciones contables, donde anotaremos todas y cada una de las operaciones que llevemos a cabo con esos fondos.
Una vez hecho eso, para lo cual es recomendable indagar en la búsqueda de software útil para la contabilidad y la esquematización, empezaremos con la siguiente etapa: el establecimiento de períodos de control de ingresos y gastos partiendo de lo particular a lo general. Es decir, primero mensual y finalmente abarcando todo el año fiscal. Será entonces cuando hagamos un balance final y, con él, un estudio de las cuentas anuales de la empresa, que nos servirá de base para empezar el nuevo año con un nuevo nivel de perfeccionamiento.