El fascinante mundo de la equitación

Aunque las Olimpiadas de Tokio han sido empañadas por la presencia de la pandemia del coronavirus y su celebración y sus protocolos todavía son una incertidumbre, una parte de nosotros está deseando que acontezcan por fin. Entre otros motivos, los juegos olímpicos de verano suelen ser una oportunidad de oro para disfrutar de otros deportes que no sean mayoritarios. Nos puede gustar mucho el fútbol, el baloncesto y el tenis, pero el karate, la vela o la hípica son preciosos de ver. Este último en particular es uno de los más interesantes al ser el único que introduce el elemento del animal, que, por supuesto, recibe todos los cuidados, el cariño y la atención.

Si disfrutamos de la hípica en los juegos olímpicos, quién sabe, puede que nuestro siguiente paso sea buscar en internet una tienda de hípica online para aprender un poco más sobre los accesorios, los materiales y el equipamiento, tanto el del jinete como el del caballo, que se requieren para poder participar y evolucionar progresivamente en este deporte. Si nos cautiva lo suficiente, a lo mejor a nosotros mismos nos acaba picando el gusanillo de empezar a practicarlo.

En ese caso el primer paso lógico no es comprar de manera impulsiva accesorios de equitación, sino buscar una buena academia o un buen profesor y recibamos de primera mano consejos sobre qué deberíamos comprarnos siendo jinetes principiantes. Porque, evidentemente, aprender hípica sin saber primero montar a caballo sería como pretender dar nuestros primeros pasos en Fórmula 1 sin ni siquiera tener carnet de conducir.

Sin embargo, entre todo el material de equitación que podemos encontrar en una tienda online, se encuentran también las sillas de montar más básicas para personas que todavía están en esa primera fase de su formación. De todas formas, una cosa es segura: si la hípica nos acaba gustando, si poco a poco vamos aprendiendo más, nos daremos cuenta de que es uno de los deportes más maravillosos y fascinantes sobre los que podemos aprender. Merece la pena disfrutar de él como espectadores fieles de televisión y también como practicantes, ocasionales o no.