Las claves para poder comprarnos una casa
Nuestro sueño de independencia es tener una casa, siempre ha sido así y siempre lo será. Al fin y al cabo, vivimos en un sistema que privatiza el suelo, así que las personas comunes y corrientes aspiran a adquirir su propia parcela íntima y personal, una que puedan administrara placer.
Por desgracia, no es lo mismo alquilar esa parcela que adquirirla. En el primer caso, no tenemos vía libre para modificar el espacio a nuestro antojo a ciertos niveles, ya que el propietario, sea una empresa o un particular, sigue siendo otro. En el segundo caso, sin embargo, sí podemos afirmar con todas las letras que tenemos una casa en propiedad.
¿Es un sueño imposible comprarse una casa en los tiempos que corren? No exactamente, pero desde luego sí es complicado y muchas cosas tienen que cambiar desde el punto de vista socioeconómico, sobre todo en materia de empleo estable y SMI digno, para que podamos siquiera plantearnos la posibilidad de calcular una hipoteca.
Mientras tanto, lo recomendable es empezar a crear una base de ahorros fija y sagrada en todos los sentidos, reservándola más adelante como inyección monetaria posterior si ocurre el milagro y encontramos un trabajo fijo bien pagado que nos permita comprarnos nuestra preciada vivienda.
Mientras tanto, y aunque a muchos de nosotros hacer algo así nos produce ansiedad, conviene que tengamos en cuenta qué queremos para nuestro futuro y para nuestra vida en general. ¿Vamos a formar una familia o preferimos convivir solo con nuestra pareja? ¿Queremos un piso discreto o nuestro objetivo es más ambicioso y nos encantaría establecernos en un dúplex? ¿Lo nuestro es vivir en el campo, en un pequeño pueblo a las afueras, o queremos disfrutar del ruido del centro de una gran ciudad.
Todo eso influirá luego en todo: en el precio de la vivienda, en si necesitaremos apoyarnos en préstamos en el acto o no, en si tendremos ayuda para pagar el precio del inmueble, etc.
Todo esto es planificar, y se puede hacer gratis mientras luchamos por obtener una anhelada estabilidad que, a día de hoy, es realmente difícil de conseguir.