Contextuales
15 de Febrero de 2019 | 09:58
Turismo

Las inteligencias virtuales del software actual

Nos encanta la ciencia ficción cuando está relacionada con la robótica. Muchos de nosotros hemos leído la fantasía sobre inteligencias artificiales de escritores como Isaac Asimov o Arthur C. Clarke, y nos encanta imaginar que el futuro será algo así, pero sin el componente catastrofista. ¿Puede una inteligencia artificial tener conciencia? Tal vez no, pero sí que puede ser intuitiva e interactuar con nosotros. De hecho, tenemos ejemplos de eso mismo en la actualidad, aunque no sea exactamente lo que imaginamos, ni hayan adquirido ninguna forma corpórea antropomórfica. No hace falta. Lo que existe, en definitiva, son las inteligencias virtuales de los programas informáticas.

Lo vemos por ejemplo en las webs de búsqueda de recursos o materiales que necesitamos; es decir, las tiendas online, los motores de búsqueda online, o el software de apartamentos turísticos. En todos estos casos existe una inteligencia virtual programada para registrar las búsquedas que llevamos a cabo y, a continuación, poder ofrecernos alternativas adecuadas. Twitter, por ejemplo, nos recomienda personas a las que seguir en función del contenido que más nos gusta leer, o de los amigos que sigan a dichas personas. Porque las inteligencias virtuales de los programas informáticos, tanto tradicionales como online, existen para saber qué necesitamos. Esto es así tanto en el algoritmo de Google como en la creación de un channel manager en una web de reservas.

Sin embargo, cuando nos dicen que este tipo de adelantos informáticos son inteligencias virtuales, solemos sentir decepción. ¿Dónde están nuestros humanoides fabricados para parecerse a nosotros en prácticamente todo? Bueno, tal vez algún día existan, pero no por ello debemos despreciar la complejidad en la programación de una IV de un motor de reservas de agencia, o del propio Google. Quién sabe, quizá ese sea el germen de una inteligencia artificial todavía más avanzada y sofisticada. La tecnología evoluciona a pasos de gigante, eso queda claro cada año, de modo que podemos seguir teniendo esperanzas de ciencia ficción en el futuro reciente. Mientras, deberíamos empezar a valorar la tecnología que ya tenemos, porque es increíble. La existencia misma de internet era impensable hace décadas.